27/1/08

Fin

Decido que los peros no valen y que simplemente es una pendeja. Los años no borran esa dulce malicia y las horas se encargan de demostrarlo y confirmarlo. Y si bien yo sigo siendo un huevón, me he convertido en uno algo experimentado y ante situaciones como estas, atrevidas y algo faltosas, crezco todos los centimetros que no crecí en la adolescencia. Crees que no sé que pretendes un "remember"?, retumba en mi cerebro. Atrevido como ella, le respondo:

-Y si fuera así que problema habría? -le digo mirandola fijamente a los ojos para que no repare en la tembladera en la que se han convertido mis manos.
-Mmm...el problema sería que probablemente te enamorarías de mi.
Entro una vez más en estado totalmente gélido. Un trago ayudaría en este momento, pero al tratar de agarrar mi vaso, solo consigo parecerme un poco más a un viejito con parkinson.
-A eso me refiero, mirate. Ahora dime tú, qué problema habría si pasará algo entre nosotros? -me dice pausadamente, midiendo bien sus palabras y tratando de examinar mis gestos.
No sé que responderle, solo la miro a los ojos y me pregunto por qué estoy aquí, y por qué estoy así. Hace unas horas la vi y solo pensé en llevarmela a la cama, ahora el iluso y huevón asoma cada vez que la miro a los ojos.

Sin decirme nada, se levanta de la mesa y se va.

-No vienes? -me pregunta ebria y canchera.
-No, no voy.

11/1/08

Regresando

Aunque a veces de otra impresión, muchas veces me convierto en el niño bueno que le da titulo a este blog. El niño bueno y sus desventuras, porque estos dos términos están destinados a ser la antípoda del otro dentro del sinsentido en el que a veces se convierte mi vida, siempre sabrá que portándose bien solo conseguirá decepciones, tristeza o algún otro sentimiento que me tira para abajo. Por otro lado, está el niño malo y sus aventuras, este sí que goza. Pero cada vez más me doy cuenta que ya pasó el tiempo de ser niño malo, lo fui por mucho tiempo. A veces turnandome entre el niño bueno y el malo, sin depender de mi, lastimé personas que no se lo merecían y perdoné a quienes no debí. Pero bueno, de todo se aprende. Y bajo esa premisa, siempre preferiré salir lastimado a lastimar a alguien, aunque inexorablemente las dos opciones me terminen de dejar por los suelos. Escribo esto porque cuando hice click en nueva entrada y me dispuse a escribir y continuar el post anterior, me debatía entre darle el final al niño bueno o al malo. Al final decidí que lo mejor sería que la realidad se haga presente, es decir, relatarles si fue una desventura -del niño bueno- o una aventura -del niño malo. Este blog, como lo dice al lado izquierdo superior de su pantalla ;)...es una mezcla de realidad y fantasía. Esta vez, todo terminará como terminó hace ya algunos años. Pero será en otro post.