24/7/08

2000 (Final)

Sí, estoy listo digo. Y me doy cuenta que esas palabras se quedaron encerradas en mi mente, que nunca se convirtieron en aliento y que ella no las ha escuchado. Me he quedado paralizado, mirando la pared naranja de la casa de al frente. Mi cuerpo se tensa al punto que siento las hormigas del calambre subiendo por mi pierna, mi cuello, mis manos. Me devuelve el beso en la nuca que le di cuando subíamos las escaleras. El suyo sí que tiene un efecto poderosísimo en mi. Si bien no he suspirado, se me ha puesto la piel de gallina. Me pasa los dedos sutilmente por los brazos, sintiendo mis vellos aún consternados por el beso y decide hacer un experimento. Deja que mis vellos descansen y dos segundos después mi nuca se convierte en un juguete de su lengua. Debe saber que haciendo eso, no solo mis vellos son los que reaccionan.

El niño malo da sus primeros pasos, deshaciendo la parálisis del niño bueno y se atreve a voltearse, dar la cara y abrazar contra su cuerpo a ella que lo mira sorprendida y pícara. Desde la calle alguien grita que somos uno mañosos de mierda, el que puede puede y el que no aplaude, le respondo. No hay cortinas que oculten nuestro deseo ni pudor que no deje disfrutarnos. Como un pescado con el anzuelo en la boca, ella me muerde los labios y me trae a su lado, a lo que yo respondo con otro mosdisco que le arranca un gemido. Como perros buscando el mejor lugar para tumbarse, damos vueltas por toda la habitación, dando tumbos contra las paredes y en cada uno nos vamos desahaciendo de nuestras vestiduras de colegio.

Mis dedos aún inexpertos no pueden abrir su brasiere, y el beso que le he dado mientras lo hago se prolonga mucho. Una risa explota en la habitación y el niño bueno retorna a la escena. Ella mi me mira, me sonríe tiernamente, pone sus manos en sus espalda y en un segundo el brasiere forma parte del suelo. Me ayuda a quitarme la camisa, el cinturón, el pantalón y por último se voltea provocativamente dándome la cola y me pide amablemente que le baje el cierre de la falda. Mis manos temblorosas no dan con el cierre, ella me ayuda bajándolo y se queda en esa posición, esperando mi siguiente movimiento.

La tomo de las caderas y mis manos sienten sus formas, formas curvas que activan el accionar del niño malo que baja la falda violentamente, descubriendo que ella solo usa tangas y que le queda muy bien. De reojo veo a mi izquierda la improvisada cama, ella lo nota y acomoda su figura sobre las frazadas. La veo echada, tanga blanca ocultando un sendero oscuro y sus brazos enlazados a su cuerpo sin dejar para mis ojos el deleite de sus pechos. Me tiende una mano la que acepto y veo horas después aún dentro de mi mano, tibia, durmiente.

Y fue como la primera vez de todo, que emociona, que gusta, pero que con la práctica se va haciendo más interesante al descubrir poco a poco lugares donde la imaginación, el sentimiento y la pasión se fusionan en un solo cuerpo.

16/7/08

2000 (Parte II)

Las cosas casi siempre son así para mi. Me porto bien con las chicas y me tratan super mal. Les hago mil perradas y me tratan como si fuera el más puro e inocente de los hombres sobre la faz de la tierra. Entender a las mujeres resulta un poco dificultoso, confuso, lo mejor es no tratar, simplemente quererlas y ya.

Entonces estábamos casi en la puerta de la casa, yo ultra nervioso, ella ni idea. Yo mirándola como idiota, ella viendo el interior de la casa y paseando sus ojos en cada rincón, yo buscando en su mirada encontrarme al menos en algún rincón de sus ojos, ella tomándome la mano y diciéndome "¿donde?".

Para el donde yo ya tenía preparada mi mochila, que esta vez no iba pesada por los libros y cuadernos. No, esta vez iba llena de 1.-botellas de agua (hay que hidratarse entre "dust" y "dust") 2.-una frazadota (porque el segundo piso de aquella casa media abandonada no tenía mueble alguno) 3.-condones (mejor prevenir que lamentar) y 4.- no me acuerdo.

(Para este momento de la narración, ya no sé si seguir contando en presente como usualmente hago en este blog o en pasado, creo que es lo de menos no? Sigamos en presente.)

Cada escalón siente como mis pies avanzan temblando temerosos, emocionados y excitados. Subo pegado a ella, abrazándola por detrás, y así como los escalones me sintieron, ella también lo hace. Jajaja, ríe y me pasa la mano por la pierna, a lo que respondo con un beso en la nuca que la deja callada y le arranca un suspiro grato y tibio.

Abro la puerta de la habitación y está todo vacío. Solo la luz de la media tarde entra por la ventana sin cortinas. "¿Acá?" me dice con voz de decepción. Sí, acá le digo mientras voy sacando los implementos de la mochila bajo su atenta mirada. No se puede explicar como puede salir tanto de una mochila tan pequeña. "¿Mejor traías tu cama no? Jajaja" La frazada tendida en el suelo se apresta a recibirnos. Me acercó a la ventana y veo que el cielo sigue gris, sin esperanza de sol, sin esperar a la lluvia, el cielo de Lima no quiere nada y tengo miedo que ella tampoco, no ha respondido como esperaba a mis embestidas.

Aún es temprano me dice la tarde a través de la ventana. Cuando menos lo espero siento sus manos rodeandome y su labios susurrando un:
-¿Estás listo?

8/7/08

2000 (Parte I)

El camino es largo, promedio una hora en carro. Conforme las llantas del carro avanzan dejando tiempo y camino detrás, mis nervios ganan en intensidad alentados por lo que pasará. Veo por el vidrio de la ventana la Lima de Salazar Bondy, no podría ser otra. Toneladas de cemento sobre desierto. También veo su perfil, y veo sus ojos mirando todo y nada a través de la ventana, pensando quien sabe qué. ¿Estará nerviosa también? No lo sé. Sacude su marasmo y me da una miradita, luego una sonrisota y concluyo que la quiero. Soy un imbécil digo para mis adentros y se me desdibuja la sonrisa que me regaló la suya. Y mientras trato de mantener los labios en forma de "u" pienso que ella no es ella, que solo es así cuando está conmigo y después...después...prefiero no pensar y concentrarme en mi sonrisa.

A diez minutos de mi primera vez ella me toma la mano y me hace una mueca que traducida y decodificada significa ¿cuánto falta? Poco, casi nada, le digo, y veo nuestras manos juntas y cerradas en un puño sobre mi uniforme de colegio. Su blusa blanca deja entrever su pecho inflándose enorme cada vez que respira y su piel sin contrastes bajo el brassiere blanco, piel que dentro de un momento estará marcada por mis labios y mis labios que se llevarán el perfume de su piel.

Hemos llegado. Bajamos del bus y tomados de la mano por las calles, avanzamos con la certeza de saber a donde vamos, a que vamos, pero en mi caso ignorante de como hacer a lo que vamos. Una anciana pasa a nuestro lado, mira con dificultad su reloj y se da cuenta que a esta hora deberíamos estar en clase de geografía. Sí señora, le prometo aprender de memoria sobre regiones cálidas y frías, de lunares como islas entre las olas feroces de su cuerpo y de oasis lo suficientemente generosos para calmar mi sed. Sí señora, lo haré.

No decimos nada mientras caminamos, solo nos miramos ocasionalmente para sonreírnos nerviosos y coquetos, cada uno en lo suyo. La casa está a menos de una cuadra y mi corazón me hace toc toc en el pecho.

-¿Qué pasa?
-Tú sabes como es ella, no te enamores sino quieres fregarte.
-Muy tarde bobo, muy tarde.