3/4/08

Niño bueno necesita a niño malo

Corroboran mi inocencia ante su comprobada locura y me meto como pericote asustado de nuevo a la casa. Busco un paliativo para la locura desatada minutos antes y lo encuentro burbujeante y en copa de cristal. Mientras las burbujas nadan presurosas por mi sangre hacia mi cerebro que yace ya algo embrutecido, veo de reojo el escote de Vanessa, que con el correr de la noche se ha puesto profunda( el escote, no Vanessa) Matilde anda en una esquina en pleno agarre con el Chino que a sus inocentes dieciseis todavía no se decide si ponerle o no la mano en el culo a Matilde. Ella es inocente la mayoría de las horas del día, ya es madrugada y los tragos le han provocado que una mano le apriete amablemente la cola. En la otra esquina, cual ring de box, con cincuenta kilogramos de peso está Vanessa, campeona peso pluma de la indiferencia. Y a su costado yo mirando caletamente su profundidad, esperando algo, que la providencia inunde la esquina mia y suya con alguna leve coquetería, por lo menos, o que el vaso con vino que lleva en la mano surta con efecto motivador. El trago no ha vuelto a actuar con la misma fuerza desde que la locuaz prima de Cinthia me acuso de violín, y que para mi buena suerte me encontraron en la puerta sin antifaz de niño malo, porque de niño malo la cara de pervertido es inevitable. Estoy borracho, pero la valentía se me ahogó en el vaso al parecer. Cuando pienso que hoy solo me tocará hacerla de voyeurista, Karen aparece con el cabello mojado y carita de bandida. El niño malo anda aún con los síntomas post-traumaticos y no se atreve ni piensa aparecer durante el resto de la fiesta, así que estoy destinado a la indiferencia femenina a la que el niño bueno anda acostumbrado. A veces, solo a veces encuentro aquella muchacha de generosa debilidad para con los niños buenos. Aprovechate de mi, azotame, rape me rape me, le digo con una mirada disfrazada de ternura y trasfondo cochambroso. Karen lee mi mirada y encuentra en el fondo...bien en el fondo al niño malo que le gusta y necesita.

-Martincito, que haces acá solito? Sigues asustado por la loca esa?
-Algo... - y le doy un sorbito a mi copita.
-Ves...lo que te pasa por arriolón - me dice apretandome el cachetito.
-Nada de arriolón, estaba conversando nada más y luego me soltó todo su rollo de violador...violador...pero ya fue psss...
-Esa cara yo también la he visto ah, cuando llegaste y le viste las tetas a Vanessa.
-Jajaja...mmm - solo me queda reír porque es verdad.
-Y a mi porque no me miras? O acaso te parezco fea? - y junta sus brazitos haciendo resaltar sus volcancitos sin erupcionar.

Mi mente se pone en blanco, el niño malo me borró el cassette y meto el rabo entre las piernas.

5 comentarios:

Unknown dijo...

jajaja el niño malo solo está en tu mente =P en el fondo tu sabes que ere bueno... aunque intentes ocultarlo! je!

Unknown dijo...

te agregé a mi google reader!

Vero dijo...

jajaja me haces reir, la verdad no sé si son historias o verdades, pero escribes muy bonito, me atrapa... volcancitos no? jajaja

Saluditos :)

Lovely_lonely dijo...

jejeje..volcancitos..jaja.. =) :P

Unknown dijo...

:D

Un bsote