24/12/08

El inicio del fin? (Playa IV)

El niño bueno aflora desde mis ojos hasta mis mejillas. Los veo fijamente, nos despego la mirada de ellos a pesar que las lágrimas me nublan un poco el panorama arrecho que se vive dentro del taxi de al lado. Ella tiene los ojos cerrados y su rostro delata que la mano que tiene entre los muslos no surte el efecto que espera Carlos. El viento sopla más fuerte en mi rostro dejando que me golpee y se lleve algunas lágrimas. De pronto se lleva un dedo a la mejilla, lo desliza hacia arriba y se seca lo que parece ser una lágrima. El carro se detiene. "Ya llegamos" dice el Colo mientras yo me seco la cara en la blusa de Lorena. Ella que no se ha dado cuenta de nada me dice que le gusta la manera en que froto mi rostro en su espalda. Voltea, le hago una mueca que llamo sonrisa y la oscuridad no deja que vea los rastros de tristeza.

El niño malo también está afectado y por lo pronto se esconde bajo las piedras pequeñas que tiene la playa. Lorena no se despega de mi y se sienta a mi lado. "Me tocas algo?" pregunta con el doble sentido que tanto le gusta al que anda escondido. El niño bueno sabe que no podrá afrontar todo lo que ha traído esta noche y decide abrir la primera botella que tiene a la mano. Se va a emborrachar. Ya está decidido. El primer trago de a pico se desliza por mi garganta y el niño malo se asoma a ver que pasa allí arriba. Todos arman el usual círculo de ebrios y Lore me vuelve a preguntar: "Me tocas algo?" La miro tiernamente y le acomodo el cabello que le ha desordenado el viento. "Tocale el Coolo" susurra el niño malo entre las piedras. Aquel primer trago le ha puesto un parchesito al corazón del niño malo, se siente sano y se siente con fuerzas para dar sus primeros consejos. Al niño bueno el trago le ha dado la valentía de poner una piedrita sobre la boca del malísimo dejándolo sin voz ni voto.

Paola está frente a mi, algo seria y porque no...triste. No lo hago pensando en ella pero tomo del rostro a Lore y le doy un pico tierno. Acaricio su mejilla y saco mi guitarra de la funda.

Las olas del mar rugen y los ojos de Paola también. Sorry Pao...este juego se llama despecho.

18/11/08

Taxi caliente (Playa III)

No volteo, hago la finta de quien sigue pensando y no ha sentido el pellizco y reflexiono si responderle de la misma forma es buena idea. Decido que lo mejor es dejarlo para más tarde cuando las sombras sean más oscuras y le den mayor libertad a mis manos.

-Ahora se saluda así? -le digo mientras me sobo el poto con una mano y con la otra la abrazo para darle un beso.
-Así te saludo solo a ti -dice ella con un grado más de temperatura.
-Jajaja -me río y el niño que aún es bueno bajo la luz del poste mira hacia el piso y se siente ultrajado.

Andamos juntos hasta el paradero por delante de todos lo demás. Yo camino callado buscando con la mirada a Paola. Lorena que es su mejor amiga se da cuenta y me dice que la olvide, que el pasado es pasado y que le ha contado que la tengo corta. Mi orgullo lastimado libera al niño malo que ya se está desajustando la correa aprovechando la penumbra que dan los arboles.

-Quieres verla? -le pregunto con la mirada encendida.

Lorena voltea hacia mi rápidamente mientras su boca dibuja una "O" perfecta. Mis dedos rozan el cierre del pantalón, se acaba la fila de arboles y el niño bueno se pone rojisimo. Solo se me ocurre sacarme por completo la correa y decirle "mira, está bonita la correa, no?". Lorena respira aliviada y me dice que sabía que no me atrevería.

Nos repartimos en dos grupos de cinco, cada uno en un taxi y acordamos encontrarnos en el circuito de playas. Dejo mi guitarra en la maletera junto con la mochila que hace tilin tilin al menor movimiento. Lorena que se ha subido conmigo me dice que saque un trago y se sienta en mis piernas. "Sino no entramos Martincito", me dice inocente. Aquella avenida más que baches tiene cráteres y no dejan que Lorenita ponga el pico de la botella en entre sus labios. Cada bache la hace balancearse encima mio mientras agarra fuertemente la botella con las dos manos intentando chuntarle al agujero de su boca. La putifalda se le sube por momentos pero no intenta bajarla. "Para que Martincito si tu eres un caballero y no vas a ver nada", me dice cuando con el pulgar y el índice intento acomodarla. Lo que sí veo es el escote que lleva, con la curiosidad de saber si es obra de un push up o del verano que hizo crecer todo. Mi mirada se desliza entre una curva sinuosa que se interrumpe por su blusa blanca, que poco a poco queda mojada por las gotas de alcohol que sus labios dejan escapar.

Mi esquina del taxi arde mientras los demás conversan haciéndose los locos. Al día siguiente nos tildarán de calientes e inventarán cosas que nunca sucedieron. Lo usual. Lo que sí sucede es que los baches, el movimiento de cola de Lorena y la oscuridad del taxi me han "levantado" el ánimo a punto de fricción, es el momento del niño malo, que sigue le sigue el ritmo a los baches con algo de exageración.

-Ahora dime...le crees a Paola? -le susurro al oído.
-Nunca me lo dijo Martincito...

El otro taxi pasa a nuestro lado y el alma y las ganas se me desvanecen cuando veo que Paola anda en las mismas con Carlos.

28/10/08

A punto de partir (Playa II)

Pal beso, pal abrazo y por si acaso dice el niño malo mientras se pone perfume cuidadosamente en cada una de las zonas referidas e imaginadas. Los primeros guiños de la noche sin luna resplandecen en mi ventana avisándome que si llego cinco minutos tarde Pao o Lore tendrán ya las bocas ocupadas...por la conversa...obviamente, y como dijo el Colo no me quedará otra que chapar más que mi guitarra. Afortunadamente llego a tiempo y veo a las chicas, muy acorde al verano, con putifaldas. Han pasado varios meses desde que terminó el cole y me doy cuenta que algunas chicas han crecido. Algunas de altura, otras de barriga, unas cuantas gratamente por zonas curvas que antes eran muy bien disimuladas por las faldas del colegio y dos que al parecer cambiaron sus sostenes por una talla más grande. Luego reflexiono y concluyo que aquellas cosas no pueden crecer tan rápido -bueno...hay métodos-. Intuyo que ahí hay trampa y me decido a quitarme la duda y quitarle a alguna de ellas el push up que creo utilizan.

Saludo a todos, enciendo un cigarro y me largo con el Colorado a comprar el trago. Un pisco barato señor, que hoy quiero matar gente, le pasa por la cabeza al niño malo. El niño bueno más diplomático y menos bullangero le dice al viejito de la licorería que me despache un pisco. Que estoy bizco? me pregunta el viejo. No...no...y el Colorado irrumpe "dice que si usted era el profe del Señor de Sipán?" Que qué? "Nada señor, que me de un pisco y un pan, la encaleta el niño bueno.

Regresamos con el pisco y el pan y en el parque ya se ha formado una manchita de 8 personas entre hombres y mujeres. El perro como le llamamos al buen Javier, es el encargado de meter los tragos a su mochila. Meto el mio y veo que dentro brillan relucientes varias botellas con líquidos venenosos, catarquicos, amnésicos y anestésicos. El interior de esa mochila parece anunciar una noche de perdición junto al mar, tal vez junto a ella, tal vez junto a mi guitarra y viéndola partir con otro. Tal vez digo...y siento una mano en el culo.

-En que andarás pensando Martincito?-me dice Lorena rematando el paleteo con un pellizco.

22/9/08

Provocadora noticia (Playa I)

Ha pasado unos meses desde que el cole ya no forma parte de mi rutina. La camisa firmada y los viejos cuadernos -adornados en las últimas páginas con dibujitos eróticos- duermen en un cajón relegado del armario. Ahora yo duermo hasta la hora que me de la gana luego de ver seriesitas eróticas. El colorado me ha avisado de un reencuentro de la gente y como siempre iré con la actitud del que no busca nada y encuentra mucho. En la playa, dice el colo, lleva tu guitarra porque eso es lo único que vas a agarrar esta noche, y suelta una carcajada maquiavelica que me hace alejar el fono de mi oído.

Será una buena excusa para verla. La guitarra, el trago, el mar y un buen floro pueden tener el efecto de la mejor Yohimbina, irrumpe el niño malo. Lo último que supe de ella fue que había terminado con el pavazo de su enamorado y aprovechaba cada reencuentro para chaparse al primero que le dijera que estaba linda. Y si le decia que estaba linda, resplandeciente y etcetera, me daría alguito más? Solo me queda descubrirlo...si es que las circunstancias se confabulan en ese rincón de la Costa Verde. Iré tranquilo, tan solo con la tarea de ser el telón músical de los demás romances, aventuras y paleteadas.

Me entero también por el Colorado que el reencuentro fue idea de Paola, pero que el lugar lo eligió Lorena, está riquísima esa ruquísima, agrega el Colo y haciendo sonido de succión de baba. El inusual lugar para el reencuentro me lleva a reflexionar y analizar, hasta concluir que simplemente lo eligió para variar el escenario de borracheras y agarres que al día siguiente nadie recuerda. El niño malo se apodera de mis cuerdas vocales y recordando el prontuario de Lorena le dice al Colo que está buscando tirar en un hotel mil estrellas llamado playa. Yo le daré el gusto, replica jadeante. Y por más que dije que iré en busca de nada, las tentaciones hacen su aparición en un entorno de lujuria recreado en mi mente.

24/7/08

2000 (Final)

Sí, estoy listo digo. Y me doy cuenta que esas palabras se quedaron encerradas en mi mente, que nunca se convirtieron en aliento y que ella no las ha escuchado. Me he quedado paralizado, mirando la pared naranja de la casa de al frente. Mi cuerpo se tensa al punto que siento las hormigas del calambre subiendo por mi pierna, mi cuello, mis manos. Me devuelve el beso en la nuca que le di cuando subíamos las escaleras. El suyo sí que tiene un efecto poderosísimo en mi. Si bien no he suspirado, se me ha puesto la piel de gallina. Me pasa los dedos sutilmente por los brazos, sintiendo mis vellos aún consternados por el beso y decide hacer un experimento. Deja que mis vellos descansen y dos segundos después mi nuca se convierte en un juguete de su lengua. Debe saber que haciendo eso, no solo mis vellos son los que reaccionan.

El niño malo da sus primeros pasos, deshaciendo la parálisis del niño bueno y se atreve a voltearse, dar la cara y abrazar contra su cuerpo a ella que lo mira sorprendida y pícara. Desde la calle alguien grita que somos uno mañosos de mierda, el que puede puede y el que no aplaude, le respondo. No hay cortinas que oculten nuestro deseo ni pudor que no deje disfrutarnos. Como un pescado con el anzuelo en la boca, ella me muerde los labios y me trae a su lado, a lo que yo respondo con otro mosdisco que le arranca un gemido. Como perros buscando el mejor lugar para tumbarse, damos vueltas por toda la habitación, dando tumbos contra las paredes y en cada uno nos vamos desahaciendo de nuestras vestiduras de colegio.

Mis dedos aún inexpertos no pueden abrir su brasiere, y el beso que le he dado mientras lo hago se prolonga mucho. Una risa explota en la habitación y el niño bueno retorna a la escena. Ella mi me mira, me sonríe tiernamente, pone sus manos en sus espalda y en un segundo el brasiere forma parte del suelo. Me ayuda a quitarme la camisa, el cinturón, el pantalón y por último se voltea provocativamente dándome la cola y me pide amablemente que le baje el cierre de la falda. Mis manos temblorosas no dan con el cierre, ella me ayuda bajándolo y se queda en esa posición, esperando mi siguiente movimiento.

La tomo de las caderas y mis manos sienten sus formas, formas curvas que activan el accionar del niño malo que baja la falda violentamente, descubriendo que ella solo usa tangas y que le queda muy bien. De reojo veo a mi izquierda la improvisada cama, ella lo nota y acomoda su figura sobre las frazadas. La veo echada, tanga blanca ocultando un sendero oscuro y sus brazos enlazados a su cuerpo sin dejar para mis ojos el deleite de sus pechos. Me tiende una mano la que acepto y veo horas después aún dentro de mi mano, tibia, durmiente.

Y fue como la primera vez de todo, que emociona, que gusta, pero que con la práctica se va haciendo más interesante al descubrir poco a poco lugares donde la imaginación, el sentimiento y la pasión se fusionan en un solo cuerpo.

16/7/08

2000 (Parte II)

Las cosas casi siempre son así para mi. Me porto bien con las chicas y me tratan super mal. Les hago mil perradas y me tratan como si fuera el más puro e inocente de los hombres sobre la faz de la tierra. Entender a las mujeres resulta un poco dificultoso, confuso, lo mejor es no tratar, simplemente quererlas y ya.

Entonces estábamos casi en la puerta de la casa, yo ultra nervioso, ella ni idea. Yo mirándola como idiota, ella viendo el interior de la casa y paseando sus ojos en cada rincón, yo buscando en su mirada encontrarme al menos en algún rincón de sus ojos, ella tomándome la mano y diciéndome "¿donde?".

Para el donde yo ya tenía preparada mi mochila, que esta vez no iba pesada por los libros y cuadernos. No, esta vez iba llena de 1.-botellas de agua (hay que hidratarse entre "dust" y "dust") 2.-una frazadota (porque el segundo piso de aquella casa media abandonada no tenía mueble alguno) 3.-condones (mejor prevenir que lamentar) y 4.- no me acuerdo.

(Para este momento de la narración, ya no sé si seguir contando en presente como usualmente hago en este blog o en pasado, creo que es lo de menos no? Sigamos en presente.)

Cada escalón siente como mis pies avanzan temblando temerosos, emocionados y excitados. Subo pegado a ella, abrazándola por detrás, y así como los escalones me sintieron, ella también lo hace. Jajaja, ríe y me pasa la mano por la pierna, a lo que respondo con un beso en la nuca que la deja callada y le arranca un suspiro grato y tibio.

Abro la puerta de la habitación y está todo vacío. Solo la luz de la media tarde entra por la ventana sin cortinas. "¿Acá?" me dice con voz de decepción. Sí, acá le digo mientras voy sacando los implementos de la mochila bajo su atenta mirada. No se puede explicar como puede salir tanto de una mochila tan pequeña. "¿Mejor traías tu cama no? Jajaja" La frazada tendida en el suelo se apresta a recibirnos. Me acercó a la ventana y veo que el cielo sigue gris, sin esperanza de sol, sin esperar a la lluvia, el cielo de Lima no quiere nada y tengo miedo que ella tampoco, no ha respondido como esperaba a mis embestidas.

Aún es temprano me dice la tarde a través de la ventana. Cuando menos lo espero siento sus manos rodeandome y su labios susurrando un:
-¿Estás listo?

8/7/08

2000 (Parte I)

El camino es largo, promedio una hora en carro. Conforme las llantas del carro avanzan dejando tiempo y camino detrás, mis nervios ganan en intensidad alentados por lo que pasará. Veo por el vidrio de la ventana la Lima de Salazar Bondy, no podría ser otra. Toneladas de cemento sobre desierto. También veo su perfil, y veo sus ojos mirando todo y nada a través de la ventana, pensando quien sabe qué. ¿Estará nerviosa también? No lo sé. Sacude su marasmo y me da una miradita, luego una sonrisota y concluyo que la quiero. Soy un imbécil digo para mis adentros y se me desdibuja la sonrisa que me regaló la suya. Y mientras trato de mantener los labios en forma de "u" pienso que ella no es ella, que solo es así cuando está conmigo y después...después...prefiero no pensar y concentrarme en mi sonrisa.

A diez minutos de mi primera vez ella me toma la mano y me hace una mueca que traducida y decodificada significa ¿cuánto falta? Poco, casi nada, le digo, y veo nuestras manos juntas y cerradas en un puño sobre mi uniforme de colegio. Su blusa blanca deja entrever su pecho inflándose enorme cada vez que respira y su piel sin contrastes bajo el brassiere blanco, piel que dentro de un momento estará marcada por mis labios y mis labios que se llevarán el perfume de su piel.

Hemos llegado. Bajamos del bus y tomados de la mano por las calles, avanzamos con la certeza de saber a donde vamos, a que vamos, pero en mi caso ignorante de como hacer a lo que vamos. Una anciana pasa a nuestro lado, mira con dificultad su reloj y se da cuenta que a esta hora deberíamos estar en clase de geografía. Sí señora, le prometo aprender de memoria sobre regiones cálidas y frías, de lunares como islas entre las olas feroces de su cuerpo y de oasis lo suficientemente generosos para calmar mi sed. Sí señora, lo haré.

No decimos nada mientras caminamos, solo nos miramos ocasionalmente para sonreírnos nerviosos y coquetos, cada uno en lo suyo. La casa está a menos de una cuadra y mi corazón me hace toc toc en el pecho.

-¿Qué pasa?
-Tú sabes como es ella, no te enamores sino quieres fregarte.
-Muy tarde bobo, muy tarde.

27/6/08

Boquita de caramelo (Verbena-Final)

Al parecer me he quedado sin niña buena y niña mala casi al mismo tiempo y tan solo me queda vagar un poco para relajar los músculos después de tanto golpe. Saco un pucho para que me acompañe por los oscuros rincones de la u, el sonido de la guitarra se va haciendo agónico y lo reemplazan los grillos alborotados. A mi paso veo al primer caído de la noche durmiendo junto a un árbol previamente "regado". Boca abierta, brazos extendidos y con el polo mojado -no sé si por la humedad del parque o por la respectiva "regada de árbol"- duerme plácidamente ignorante que dentro de un par de horas lo sorprenderá el amanecer y los guardianes de la universidad.

La facultad de Ingeniería Geográfica anda más oscura que nunca y por lo tanto más intrigante. Tengo una pavita la cual saco de la billetera para fumarla viendo las fucking nubes del cielo limeño. Sentado y comodamente instalado en una banquita y listo para darle la primera pitada a mi pava, escucho ruidos raros. Mmmm...eso fue un jadeo? eso fue un "más papi"? No, no, debe ser mi mente cochina y cochambrosa. "Ohhhh". Mi mente no es tan pendeja para alucinarse un ohhhh, tengo que ir a chekar.

Los sonidos provienen del baño de hombres que milagrosamente anda pulcro. Mido mis pisadas, me acerco sigilosamente...y ahí están. Ella le esta lamiendo el cuello disfrazada de vampireza, ocultandome su indentidad. Su mano aferrada a cierta prolongación de la anatomía de su compañero de noche y de baño, delata su entusiasmo por empezar ya, ahora mismo. Porque aún con la boca en su cuello, se las arregla para ir desabrochando el botón de su jean. Mi curiosidad/morbosidad me ha hecho meter la cabeza más de la cuenta y el tipo ha estado a punto de verme. Cuando vuelvo a la carga y asomo una vez más la cabeza, encuentro a una tipa conocidisima agachada, a punto de llevarse a la boca algo que ella mira como golosina.

-Niña mala????????? - digo para mis adentros y con la boca abierta.

Ya me ha visto y me ha dicho algo que no he podido entender. "No se habla con la boca llena" le digo y salgo corriendo y ca(g)andome de la risa.

16/6/08

On ta? (Verbena parteV)

Sucede que las cosas más inesperadas son las que me terminan salvando el pellejo. Eso es lo que acaba de pasar, porque la flaca Carla me ha llevado hacia el pogo al pie del escenarioy no tengo opción de escapatoria. No sé si lo ha hecho con consciente intención, solo sé que me ha tomado del pescuezo en el preciso instante en que la tentación estaba al 100% y en los labios de la niña mala. ¿Agradezco o maldigo? Sea como fuere, sigo saltando recibiendo codazos, patadas y uno que otro cabezazo. No me quedo atrás y decido estrenar mis tabas hundiéndolas en algún culo. Toma, toma, toma, sobate...digo mientras todos cantan, gritan y permanecen ignorantes de lo que digo y lo que hago. Mis pies vuelan entre la multitud, mis codos impactan en cuellos y espaldas, el trago no me deja sentir los golpes que recibo y me parece una excelente terapia de descarga de ira. La flaca Carla está en el suelo, gateando entre las piernas danzantes, la borrachera aun le dura y hace mil gestos a la gente a su alrededor, aunque nadie le haga el menor caso.

-¿Qué pasó flaca? ¿Qué haces en el suelo? -le pregunto ayudándola a pararse.
-Un imbécil me ha metido una patada en el culo, pero con unas ganas...como si me odiara -me cuenta sobandose el poto.
-Ah....eh...sí, es un maldito.
-Te juro que si lo veo, lo mato. Le dejo mi taba metida por siempre y para siempre.

Antes que se de cuenta que tengo estampada la marca de su trasero en mi zapato, me retiro ofreciéndole llevarla otra vez al grupo. De regreso y menos ebrio y menos stone, reparo en que la malisima de mi niña ha desaparecido.

-On ?
-Fugo con un pata.

Era de esperarse de la niña mala

8/6/08

Ajena (Verbena parte IV)

No sé cuanto tiempo pasé parado allí, medio tambaleándome y turnando miradas entre el escenario y la niña mala. Para cuando algunas de mis neuronas retornaron de su viaje astral, alcancé a ver a la niña mala menos difusa que antes y moviendo cadenciosamente las caderitas. La canción que logró tal proeza era ese merengue pegajoso llamado "Ajena". Ahora sigue meneándose y acaba de mandarme un besito. Muaaa...y se pone el besito en los dedos y lo manda a volar de un soplido. Cual avión imaginario surca el aire haciendo piruetas. Centímetros antes de llegar a mis labios lo atrapo entre mis dedos y decido guardarlo por sí me hace falta más tarde. La niña mala me jala de la mano y me hace mover los pies descordinadamente muy a mi estilo. Las chelas han funcionado como aceite entre mis articulaciones y me permiten seguirle el ritmo.

"Ajena...tú eres ajena...", repito mientras nos miramos a los ojos. Escucho un cuchicheo entre una parejita de amigos que bailan a nuestro lado. "Ese won quiere estar con ___ pero agarra con ___, pendejo de mela" intuyo que dicen. No le doy importancia, ellos no saben las circunstancias de las situación, ellos no saben que la carne es débil, y tampoco saben que según Maquiavelo el fin justifica los medios.

Acostumbro a bailar pegadito, no tanto por razones en las que la lujuria se luce, sino para ocultar mi falta de destreza en el baile. Mano en la cintura, otra tomando su mano, nos vamos acercando cada vez más un poco más. Mis manos inquietas tientan una estrechada de nalgas antes que un beso. Me da un golpecito en la mano y me la pone en su cintura. Se pega un poco más a mi y esto ya parece lambada. Un beso en la mejilla es el primer paso que marcan sus labios en mi rostro. El sendero se dirige hasta mi boca y los murmullos se hacen cada vez más persistentes. Mi deteriorada imagen está a punto de caer a su punto más bajo, por lo que decido darle un beso en la frente a la niña mala y callar todas esas voces malintencionadas y ciertas. Cuando las miradas se han alejado de nosotros y la niña mala aún no se explica que ha pasado y porque lo he hecho, aprovecho para meter mi mano en su bolsillo trasero y dejarla reposando en la curvatura de su anatomía.

3/6/08

Stone (Verbena parte III)

Un cigarro se acerca copiosamente a mi boca una y otra vez. La sed empieza a hacerse sentir en mi garganta ya muy seca y no sé si es una alucinación pero la niña buena ha pasado por mi lado, me ha mirado, y se ha reído, hoy el cielo y la tierra me sonríen, hoy...dejemos a Becquer tranquilo en su tumba y sigamos. Y sí, me ha mirado. Una leve sonrisa asomó bajo sus dedos nerviosos queriéndola ocultar, pero una luz silenciosa -ahora dejemos tranquilo a Raygadas- se ha filtrado entre su índice y pulgar y la ha delatado. No, no es una alucinación, el codo de Luis en mi barriga me ha dicho que no. Nos miramos y nos ca(g)amos de risa una vez más. Termino de reír y la niña buena ha desaparecido, solo queda la estela de su sonrisa en el aire. A mi diestra veo que la niña buena ha tomado su posición dentro de su grupo de amigas, una botella de algún liquido alcohólico-venenoso resplandece entre la oscuridad y llega de la mano de un tipo que le sonríe coquetamente a mi niña buena, y ella es buena y como toda mujer también coqueta. Los celos se me confunden entre el alcohol y la hierba, me enervo y me vuelvo a calmar instantáneamente cuando a mi siniestra la niña mala me hace una seña de ven.

Obediente voy a su encuentro y jalo a Luis para hacerle frente a la posible recaída en los mares de la tentación. Me saluda con un beso en la mejilla y una mano en el hombro. Toda ella expide aroma a tabaco, alcohol y lujuria, lo último tal vez solo se encuentre en mi mente producida por alguna sustancia consumida en pipa.

-Estás chinazo...Martincito. Tan temprano? - me dice con su típica sonrisa y ademanes decorativos.
-Ja...ja...ja - se le escapa inconscientemente a Luis que ni cuenta se ha dado que ha balbuceado una risa.
-Una vez al año no hace daño, no? - digo relajadísimo y con cara de pícaro.
-Invitar tampoco hace daño, Martincito, que mal ah.
-Me pasaste la voz tarde ps, ____.
-Oe...hay dos escenarios, no? Pero por qué tocan los mismos? -dice Luis casi con los ojos cerrados.
-Onde?- decimos a duo yo y la niña mala.
-Adelante y atrás ps...- dice Luis volteando la cabeza como Linda Blair en el exorcista.

Nos reímos un rato los tres y luego la niña mala me recuerda la vez que le conté que hice carrera con mi sombra, y claro...perdí.

28/5/08

Niño malo malo malo (Verbena parte II)

Media nalga adormecida y una raya casi inexistente por pasar tres horas sentado es el saldo al final de la clase. El consuelo se encuentra aún algo lejos, pero los primeros acordes se escuchan y guardan la esperanza de recuperar mi raya en las siguientes horas, y tal vez la sorpresa de iniciar algo con la niña buena. Lo último que supe de la buenísima fue de boca de la niña mala. Que pregunta por mi, que me echa miradas, pero yo aún no me he enterado de nada. Si paso por su lado solo se hace presente la indiferencia que detecto renuente en ella. No suelo ser el tonto feliz que se lanza a la piscina si esta carece de líquido elemento, y la única capaz de comprobar si al final de la piscina , entre el cloro y el floro, existe algo llamado amor, cariño, simpatía, no sé, es la niña mala. Por todo lo antes relatado, estas dos muchachas tendrán que seguir juntas por el bien de este novel triangulo amoroso-aventurero, que por el momento funciona bien para las tres partes, o al menos eso creo.

La entrada a la facultad ya huele a alcohol y cigarros, lo usual en una noche de verbena, abundan escotes y faldas a pesar del frío cotidiano. Lo inusual es no ver a ninguna de las niñas por los alrededores. No me preocupo y me limito a pensar que ya las veré y que por ahora la prioridad la tienen el trago, mis amigos y tal vez quizá no sé algún cigarrillo chistoso. Y ahí están los usuales ebrios y ebrias muy buena onda todos, esperando que el grupo siga creciendo al igual que el porcentaje de alcohol disponible para la noche. Ahora...allí estamos, en el centro de la explanada y frente al escenario. Unos desconocidos con harta pose empiezan a tocar un cover de Héroes del Silencio, yo me mantengo indiferente a todo, mi habitual reacción al vientecillo frío. Trago en la mano, un pucho en la otra, frío en el rostro y miedo en las rodillas que tiemblan mitad del frío mitad de nervios, miro de un lado a otro mientras Javier me cuenta algo abriendo la boca enorme. El ruido de los poseros es altísimo y solo veo la boca de Javier abriéndose y cerrándose sin emitir sonido alguno. Mi sordera y mis ansias por buscar a las niñas, me tienen cinco minutos asintiendo con la cabeza todo lo que dice Javier.

Cuellar me baja de mi nube gris cuando se acerca y me dice caleta al oído que su amigo de sociales tiene una pipa y no quiere fumar solo. Yo y Luis vamos al encuentro del popular Tidrox, que tiene una cuestión en la cabeza que no tengo la menor idea como se llama pero que tiene los colores rastas, debajo del gorrito bultoso hartos dreads y como sombra de su mirada unas ojeras inmensas y azules. Alejándonos de la bulla y las personas, la pipa se enciende y un aroma hipnótico se apodera de la noche. Luego de unas vueltas y pitadas, regresamos los tres riendo y chinazos, las miradas inquisitivas no tardan en llegar, mis ojos que no tardan en tomar una coloración rojiza les devuelve la mirada y me ca(g)o de risa en sus caras. Vuelvo a tomar mi posición dentro del grupo. Trago, cigarro y miradas de izquierda a derecha. A la izquierda veo a la niña mala y un grupo de amigas de la facu. A la derecha a la niña buena con amigas a las que he visto pero no conozco. Al parecer la pitada me ha ampliado el panorama y he descubierto que allí a mi lado, antes oculto por cordura, estaba mi destino. Ahora solo queda decidir el rumbo a seguir.
Esta noche no hay cabida para el niño bueno. Ese tipo se ha quedado en su casa sin prestarle un poquito de conciencia al niño malo, que para esta noche inexorablemente dejará arrastrarse por el rumbo de los acontecimientos.

23/5/08

Niña buena y niña mala son amigas (Verbena parte I)

Hoy se cumple una semana del lujurioso affair con la niña mala. Fue luego de que chelas, rones, vinos y demás tragos de sospechoso precio y dudosa procedencia atravesarán mi garganta. Luego de risas, vómito, una cabeceadita con el vaso en la mano, y más risas sin sentido, porque de borracho las carcajadas son como el Orinoco, osea que tu no sabes y yo tampoco. Y fue contra un muro, amparándonos en la oscuridad de la noche y las sombras de los arboles. Y sí, una semana ha pasado y sin embargo las huellas del paso de ese huracán llamado niña mala siguen adornando mi cuello. El clima se ha apiadado de mi y me permite andar super abrigado con casacas que cierro a la altura del cuello. Solo es altamente perceptible mi tembladera post trago y que me ha durado dos días. Hoy completamente desintoxicado he decidido que me toca otra dosis de benévolo veneno, lubricante social o llamemoslo simplemente trago, y tal vez quizás no sé, alguna sustancia alucinógena.

Esta vez la excusa es la verbena de mi Facu. Ocasión que me permitirá tal vez, matar dos pájaros de un tiro. Emborracharme y luego bien sazonado atreverme a hablarle a la niña buena, que dicho sea de paso es amiga de la niña mala, la que supuestamente tiene que hacerme el bajo con ella, pero que lamentablemente cada vez que nos juntamos para hablar sobre el asunto en cuestión terminamos con la cuestión en el asunto, y esa no es la idea. Por eso he decidido prescindir de los servicios de la niña mala y buscar algo de valentía en unos cuantos litros de alcohol, buscando se encuentra. Ya es de noche, he salido de la Facu y la distorsión de una guitarra desafinada me anuncia que la verbena y mi aventura/desventura ha comenzado.

9/5/08

Caramelo

La golosísima de Karen se ha tragado todo el Snickers y ahora va en busca de algo que aplaque su apetito hormonal. Las miraditas que me ha dado mientras jugaba con el chocolate, primero sacandole la envoltura, luego poniendoselo entre los labios y por último dandole una buena mordida que no se porque me dolió en...el alma, la delatan completamente. Ahora le da una última mordida y el respectivo saboreo con la lengua al chocolate que ha quedado entre sus labios "Qué coqueta", piensa el niño bueno. "Es una bandidaza" contradice el niño malo. Al final se ponen de acuerdo y deciden que quiere y espera algo más que otro chocolate.

-Hay que darle lo que se merece, fíjate como se ha esforzado toda la noche, juntado entre sus brazos lo que no tiene, sacando pechito de su imaginación, comiéndose el Snickers de forma traviesa- postula el niño malo, que por el momento solo puede influir y no actuar.
-Está borracha. Y así no es pues. Si va pasar algo, que este sana y cuerda. No quiero que mañana se arrepienta de lo que puede pasar esta noche- balbucea el niño bueno.
-Anda won, no ves que se te está regalando. Después no te quiero ver hurgando en Cholotube por calentón. Yo sé que le tienes harto cariño a Manuela Pajares Palma, pero ya pues, la oportunidad la tienes aquí y ahora- contraataca el malísimo.
-Naaa...está ebria, y a mi ya se me pasó lo borracho por tu culpa.
-Eso era harina imbécil, nos estafaron.
-Ya. La cuestión es que yo decido que no va a pasar nada.
-Jajaja, díselo a ella. Al final, ella decide.

Y Karen que se ha pasado bizca 2 minutos mirando una conversación conmigo mismo, ampliamente valedera para llevarme al manicomio, me toma del brazo y me arrastra a una habitación pequeña donde guardan las escobas, trapeadores y etc. La oscuridad profunda penetra y cubre cada rincón de la habitación que expide un olor mezcla de cera, desinfectante de pino y lejía. Y como no, a harta feromona. De pronto escucho al General -el cantante- en boca de Karen que me suelta un..."Te voy a ponel a gozal..." y me da un empujón contra la puerta que sacude de su letargo al niño malo. Le contesto con una del General también y le digo..."Muevelo...muevelo...que sabroso...muevelo...muevelo...como lo hace..." El niño malo está a punto de sacar "El Chuculún" de mi garganta, pero lo detengo a tiempo y desde ese momento todo se vuelve confuso, recuerdo que cantamos "Caramelo" -el caramelo, a todas las mujeres les gusta el caramelo- luego "Rica y apretadita" y para finalizar a pedido de ella "Hacer el amor con ocho...nooo...nooo...nooo"

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Antes que se ponga "más" faltoso...Máaaaaas? Sí, más.

24/4/08

Dirty Mind

Un tercer niño hace su aparición esa noche, o tal vez sea el niño malo que se ha apoderado de cierta porción de mi anatomía. Lo cierto es que Karen lo ha confundido con la hebilla de mi correa y el niño bueno se ha puesto nervioso y algo gustoso también.

-Ah...no es tu correa, Martincito? - me dice Karen con los ojos encendidos- ¿Qué será entonces?
-Es algo que te puede hacer feliz -le respondo super inocente.
-Si?
-Es algo que te gustaría probar.
-Si...?
-Es algo que le encanta y fascina a todas las mujeres y a algunos hombres también.
-Oh...sí...perdón...¿Sí?
-Sí. Te lo muestro pero con una condición, solo puedes mirar, no tocar.
-Ah claro, que me crees? Solo lo veo y ya. Pero ¿aquí?
-Claro, normal, no pasa nada. Pero que no vea el Chino que él también me lo estaba pidiendo.
-¿Qué? Ustedes son bien enfermos no?
-Jajajaja...a él es al que le gusta, yo lo tengo porque en fin, mi mamá me lo regaló. Ya te dije...solo mirar- le digo mientras lo busco.

Lo saco y Karen ensaya una mueca de confusión y decepción. Igual lo toma, lo muerde y me lo devuelve.

-Riquísimo...me encanta el maní-dice golosa.
-Si quieres cometelo todo, no me gusta el Snickers.

Y un chocolate en el bolsillo mantiene al niño bueno alejado del pecado, al menos por el momento. ¿Y el tercer niño? Resentido y expectante.

15/4/08

Guantamera...Guajira...Guantanamera...

Luego de más tragos de los necesarios. Luego de ver y echar baba por el escote de Vanessa. Y luego que Karen me comunique con la mirada que sus volcancitos necesitan erupcionar de una vez y me clave un "ya pues, no te hagas el zonzo", no tengo la menor idea de como reaccionar. Mi lado pendejeril sigue en shock, pero al ver que sobre la blusa algo comienza a erupcionar y que Karen anda mordiéndose el labio inferior impulsivamente como queriendo arrancarselo, el niño bueno no necesita pensar nada, simplemente darle rienda suelta a sus más bajos instintos, a su modo claro.

-Te pica la boquita- es la primera estupidez que le digo.
-Jajaja...mmm...sí...me pica, me picaaaaa...

La examino. Por aquí, por allá, más allá también. Sigue comiéndose la boca. Ojos semi cerrados como si estuviera disfrutando algo...mmm. A ver, que más....mmm...los brazos apretando sus pechitos...haciendo fuerza para que se vean lo más grandecitos y juntitos que se pueda...lástima, la naturaleza le puso dos piedritas en los pechos...y ahora se ha llevado una manito al cabello y juega con el, haciéndose rulitos. Diagnostico doctor? Ah pues...si te canto...aGUANTAnamera...Guajira...aGUANTAmanera...te enteras?...y decías que...

-...yo era el arriolón no? - pienso en voz alta, me doy cuenta y me atoro con el trago.
-¿Qué dices? Oye...ten cuidado.
-Sorry, no quise decir eso.
-Que tengas cuidado con el trago Martincito, pero qué me dijiste? no te escuché?
-Ah...nada nada..que el trago me ha puesto mal.
-Uyyy...Martincito, porque tomas tanto pues? Yo te voy a cuidar, te voy a abrazar, te voy a...

Sí...cambiame el pañal, echame talquito, dame pecho, sacame chanchito...

-Lo que tu quieras, mamacitaaa...- caracho, me voy a poner bozal cuando piense.
-¿Que qué?
-Que necesito el abrazo, eso..un abrazo.
-Claro que sí, te lo doy...

Y cuando abro los brazos para recibir los suyos, me encuentro con su espalda y esa curvita trasera que ella le dice poto, pero que siempre he pensando que se le olvida en casa. Se apoya en mi, pasa mis manos por su abdomen y me hace abrazarla fuerte.

-Martín, la hebilla de tu correa me molesta en la espalda.
-Eh...esteee...no es la hebilla.

3/4/08

Niño bueno necesita a niño malo

Corroboran mi inocencia ante su comprobada locura y me meto como pericote asustado de nuevo a la casa. Busco un paliativo para la locura desatada minutos antes y lo encuentro burbujeante y en copa de cristal. Mientras las burbujas nadan presurosas por mi sangre hacia mi cerebro que yace ya algo embrutecido, veo de reojo el escote de Vanessa, que con el correr de la noche se ha puesto profunda( el escote, no Vanessa) Matilde anda en una esquina en pleno agarre con el Chino que a sus inocentes dieciseis todavía no se decide si ponerle o no la mano en el culo a Matilde. Ella es inocente la mayoría de las horas del día, ya es madrugada y los tragos le han provocado que una mano le apriete amablemente la cola. En la otra esquina, cual ring de box, con cincuenta kilogramos de peso está Vanessa, campeona peso pluma de la indiferencia. Y a su costado yo mirando caletamente su profundidad, esperando algo, que la providencia inunde la esquina mia y suya con alguna leve coquetería, por lo menos, o que el vaso con vino que lleva en la mano surta con efecto motivador. El trago no ha vuelto a actuar con la misma fuerza desde que la locuaz prima de Cinthia me acuso de violín, y que para mi buena suerte me encontraron en la puerta sin antifaz de niño malo, porque de niño malo la cara de pervertido es inevitable. Estoy borracho, pero la valentía se me ahogó en el vaso al parecer. Cuando pienso que hoy solo me tocará hacerla de voyeurista, Karen aparece con el cabello mojado y carita de bandida. El niño malo anda aún con los síntomas post-traumaticos y no se atreve ni piensa aparecer durante el resto de la fiesta, así que estoy destinado a la indiferencia femenina a la que el niño bueno anda acostumbrado. A veces, solo a veces encuentro aquella muchacha de generosa debilidad para con los niños buenos. Aprovechate de mi, azotame, rape me rape me, le digo con una mirada disfrazada de ternura y trasfondo cochambroso. Karen lee mi mirada y encuentra en el fondo...bien en el fondo al niño malo que le gusta y necesita.

-Martincito, que haces acá solito? Sigues asustado por la loca esa?
-Algo... - y le doy un sorbito a mi copita.
-Ves...lo que te pasa por arriolón - me dice apretandome el cachetito.
-Nada de arriolón, estaba conversando nada más y luego me soltó todo su rollo de violador...violador...pero ya fue psss...
-Esa cara yo también la he visto ah, cuando llegaste y le viste las tetas a Vanessa.
-Jajaja...mmm - solo me queda reír porque es verdad.
-Y a mi porque no me miras? O acaso te parezco fea? - y junta sus brazitos haciendo resaltar sus volcancitos sin erupcionar.

Mi mente se pone en blanco, el niño malo me borró el cassette y meto el rabo entre las piernas.

23/3/08

Locuaz


De niña solo tiene la mirada tierna y los pechos clamorosos por un brasiere más grande. Soy malísimo calculando edades, entonces le pongo unos 18 y fallo porque me dice que tiene 20. - Ah, pero debes tener enamorado supongo. Y fallo otra vez pero ahora feliz de ser tan malo para adivinar. Hasta pienso que Dios se burla de mi dándole la contra a mis pensamientos, corazonadas o presentimientos, como quieran llamarlo. La abue ya se fue hace diez minutos y esa escalera se ha convertido en el mejor cómplice de nuestro acercamiento. Intento por ultima vez adivinarle algo y le digo que seguro seguro tiene varios pretendientes.

-Algunos- me dice - pero no pasa nada con ninguno. Son muy rectitos, niños buenos de su casita, hijitos de mama, me los presentó la amiga de mi mama, asi que imaginate. Prefiero que las cosas se den solitas, sin forzar nada. Si tengo que conocer en un callejón a mi próximo ex, chevere, no me hago problemas - me suelta suelta de huesos.
-También lo podrías conocer en una escalera, quien sabe - le lanzo sacandome el antifaz de niño bueno y poniéndome pendejo.
-Que hablas ah? En una escalera? Demasiado aburrido.
-Eh...mmm...sí no? - y saco rápidamente mi antifaz que es igualito al del zorro y me lo pongo caleta.
-O sea...conocer a alguien para estar, en una escalera, no corre. Ahora, si se trata de un agarre, no sé podría ser -me dice y se me paran hasta los pelos.
-Y agarras bien? le pregunto amparándome en la noche, los tragos y el antifaz que me he vuelto a colocar.
-Jejeje...como me vas a preguntar eso, pues? -me dice riéndose tierna e inocentemente, para luego darme un golpecito en el hombro escondiendo la estela de su sonrisa tras su manito.

Ando más perdido que la vieja de Marco. Esta muchacha me saca de personaje cada dos líneas como pueden ver. Empiezo a tejer dos teorías: 1.- Que sabe que si pasa algo entre nosotros podría ir a Canada dry, a la reja o léase Santa Mónica, por violación a un menor ( que queda totalmente descartada por que no la denunciaría ni de vainas, salvo que me ate a la cama y me de latigazos, aunque podría considerarlo) y teoría 2.- Que esta muchacha tenga doble personalidad (lo de la doble pechonalidad lo voy constatando cada vez que mira hacia un costado) y le de la chiripioca cada dos minutos o según le dicte la conciencia.

-Por qué me preguntas? Quieres saber? O prefieres comprobarlo? -replica su lado sabroso.

La miro a los ojos por primera vez cuando ve hacia un lado. Una tremenda bizqueada y una doblada de cuello estilo bailecito de thriller asoma por un segundo.
Primero la abue voyeurista y ahora la nieta media locuaz, me jodí -pienso. Me acerco, tentando un piquito y para comprobar de una vez por todas su locura. En nombre de la ciencia, le clavo un pico.

-Ayyyyyyyyyyyyyyyy...abue...abue....violador...violador - me pongo el antifaz de flash y la escucho gritando desde la puerta de la casa. Caraxo...solo falta que el papá sea asesino serial.

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Now playing: Fiona Apple - Oh Sailor

19/3/08

Más alla de la oscuridad

La noche expulsaba de sus guaridas a los más bohemios de la clase y los reunía en la casa de Cinthia. Es probablemente la última vez que algunos nos veamos las caras. El cole había terminado y cada uno tomaría rumbos distintos: chambear, entrar a la universidad, embarazarse y hasta tal vez volverse chivo o chiva según el género. Así que tenemos excelente excusa para emborracharnos hasta decir oe, te estimo, para declararse ante la fea del salón o tal vez para quedarse dormido abrazando el inodoro. Viendo el popurrí de tragos que ofrece la mesa intuyo que mi hígado terminara mal y la aventura muy bien, y mirando el escote de Vanessa me convenzo de tomar un vaso de cada trago y con ellos valor para intentar algo con ella ¡Que cobarde, caraxo! pienso, pero algo tengo que hacer y las botellas me hacen guiños desde hace buen rato. Uno, dos tres...uy que rico...cuatro, cinco...glup glup...seis, siete...y ya veo dos Vanessas. Ahora a cual le hablo? Sea como sea está el "doble" de riquisima.

Ensimismado en mis pensamientos no me doy cuenta que todos han hecho un círculo, que una botella está girando al centro y que Matilde me ha arrastrado al círculo y me ha puesto frente a ella, creo que para tentar un posible agarre, sí, es eso, la sonrisa que tiene de oreja a oreja la delata cuando la botella ha indicado que Karen me ordenará. Esta noche mis labios son como el vaso de chela en plena pollada, osea pasa por todos lados, no pues, tampoco se vayan a los extremos, de las muchachas nomas. Me quejo de algunos chapes de otros no, en todo caso siempre hay que hacer sacrificios pienso. Los picos se dan frente a todos y los agarres agarres se dan y reciben en el pasadizo que comunica la sala con los demás dormitorios. Ya me ha tocado ir una vez, y con Matilde para mi mala suerte. Se contenta con un piquito y luego le meto...otra vez pensando mal?...que le meto un cuentazo para no seguir. En medio de la bulla, la oscuridad y mis mentiras, veo unos ojos a los lejos mirandome desde la escalera hacia el segundo piso.

-Oe ya pues, que están haciendo? Tirando? Apurense - gritan los emocionados que aún no obtienen lo que quieren de la botella.
-Anda, yo voy al baño - le digo a Matilde quien inocente y sumisamente me hace caso y se va, su tamañito y su cabello rojizo ensortijado me hacen sentir que he besado a una niña de diez años.

Voy directo a la escalera al encuentro de ese par de brillantes ojos. Algo me tiene nervioso, pero no detengo mis pasos. Quiero saber porque me ha estado mirando desde la ventana y porque ha estado mirando ahora mientras abrazaba y floreaba a la niña Matilde. Escuchó sus pasos, lentos, frágiles, bajando escalón por escalón, su sutileza me mata y me encanta. Algo cae a mis pies y se enciende la luz.

-Ay...joven, me pasa mis dientes por favor? -me dice la abue de Cinthia.

Caraxo, una abuela me puso en Fa, pienso mientras le alcanzo los dientes.

-Hijito...estás bien? Estás paaaaalido...un vasito de agua?
-No señora, muchas gracias, no es nada no se preocupe, solo que me excité al verla.
-Qué?????????'
-Ah..no...que me asusté al verla.
-Qué?...ahora me dices que parezco un fantasma?
-No señora...como cree, es que la vi así de la nada.
-Ah...entonces soy fea? Además, no seas mentirosito porque bien que ya me habías visto desde que estabas con esa chiquilla por allá.
-Abue...sube, que haces abajo? -dice una tercera voz dulce y candida que se va haciendo más fuerte conforme baja las escaleras.

La tengo frente a mi y reconozco esos ojos. No es una niña, es una mujer.

11/3/08

Media noche, media luna

Ya es casi medianoche y aún estoy en la calle. Apuro el paso viendo en mi reloj que la esperanza se diluye en el segundero. A la vez reniego un poco al saber que en la casa de Cinthia todos se están dando besitos, abrazos y buenos deseos propios de la fecha. Y yo no quiero perderme ningún beso, por lo contrario, pienso ganar más que eso. Mientras mi mente divaga sobre la lengua de una y los pechos de otra, los fuegos artificiales me anuncian que los besitos, abrazitos (y porque no, paleteadas) y demás están ocurriendo a dos cuadras.

El alcohol siempre ha sido buena excusa y buen motivo para mi. Excusa para dar rienda suelta a mi alegría siempre emboscada por una falsa seriedad y motivo suficientemente fuerte como para salir a buscar una botella de champagne faltando 10 minutos para Año Nuevo. No me queda otra que saludar al Chino que dicho sea de paso debe estar odiandome por persuadirlo de ir a sacar el trago de su casa.

-Feliz ano brother, espero que te lo cuides -me dice el Chino pendejamente.
-Feliz ano también pa' ti Chino. Yo queriendo darle su rico abrazo a Vanessa o a Karen, y tengo que dártelo a ti chino cochino, chino con che de chivo.
-A mi no me digas nada, que la idea de regresar a mi casa fue tuya. Borracho de mela..., prefieres una botella a una flaca.
-Prefiero a una flaca con una botella.

Llego a la puerta de la casa y veo que en la ventana del segundo piso me está mirando ella. Le digo ella porque no sé quién es. Las sombras juegan con su rostro y no dejan discernir si es una niña o una mujer. El brillo de sus ojos logra traspasar la oscuridad en la se envuelve la noche, pero rápido se va y deja en mis ojos el brillo y la incandescencia que suele dejar el sol luego de mirarlo por largo rato. No, aún no estoy borracho. Tengo la botella entre mis brazos cuidándola como un padre a su hijo recién nacido. Y es que el cariño que le tengo tal vez pueda compararse de algún modo. Siento el beso de Matilde que por lo eufórica parece que ya empezó y ha tomado a vaso lleno. Me sorprende de golpe porque aún estoy concentrado en la ventana tratando de recuperar mis cinco sentidos y me sorprende también porque es una de las chicas más tímidas de la clase. El trago le sienta bien. No hay muchas personas en la sala: cuatro amigas y un amigo. Recién son las doce y los demás deben estar aún en sus casas con sus padres en la típica cena de Año Nuevo.

Mi mente deja la ventana y se traslada al sinuoso escote que luce Vanessa, esa muchacha quiere algo me digo a mi mismo. De pronto me vuelven a sorprender con otro beso, mucho más atrevido que el de Matilde. Sus labios rozan la mitad de mi boca para luego dejarla semiabierta de sorpresa.

-Deja de verle las tetas a Vanessa, Martincito - me dice Karen al mismo tiempo que me cierra la boca agarrándome de los labios.

Con lo que ardo podría ser tranquilamente el muñeco de Año Nuevo.

27/1/08

Fin

Decido que los peros no valen y que simplemente es una pendeja. Los años no borran esa dulce malicia y las horas se encargan de demostrarlo y confirmarlo. Y si bien yo sigo siendo un huevón, me he convertido en uno algo experimentado y ante situaciones como estas, atrevidas y algo faltosas, crezco todos los centimetros que no crecí en la adolescencia. Crees que no sé que pretendes un "remember"?, retumba en mi cerebro. Atrevido como ella, le respondo:

-Y si fuera así que problema habría? -le digo mirandola fijamente a los ojos para que no repare en la tembladera en la que se han convertido mis manos.
-Mmm...el problema sería que probablemente te enamorarías de mi.
Entro una vez más en estado totalmente gélido. Un trago ayudaría en este momento, pero al tratar de agarrar mi vaso, solo consigo parecerme un poco más a un viejito con parkinson.
-A eso me refiero, mirate. Ahora dime tú, qué problema habría si pasará algo entre nosotros? -me dice pausadamente, midiendo bien sus palabras y tratando de examinar mis gestos.
No sé que responderle, solo la miro a los ojos y me pregunto por qué estoy aquí, y por qué estoy así. Hace unas horas la vi y solo pensé en llevarmela a la cama, ahora el iluso y huevón asoma cada vez que la miro a los ojos.

Sin decirme nada, se levanta de la mesa y se va.

-No vienes? -me pregunta ebria y canchera.
-No, no voy.

11/1/08

Regresando

Aunque a veces de otra impresión, muchas veces me convierto en el niño bueno que le da titulo a este blog. El niño bueno y sus desventuras, porque estos dos términos están destinados a ser la antípoda del otro dentro del sinsentido en el que a veces se convierte mi vida, siempre sabrá que portándose bien solo conseguirá decepciones, tristeza o algún otro sentimiento que me tira para abajo. Por otro lado, está el niño malo y sus aventuras, este sí que goza. Pero cada vez más me doy cuenta que ya pasó el tiempo de ser niño malo, lo fui por mucho tiempo. A veces turnandome entre el niño bueno y el malo, sin depender de mi, lastimé personas que no se lo merecían y perdoné a quienes no debí. Pero bueno, de todo se aprende. Y bajo esa premisa, siempre preferiré salir lastimado a lastimar a alguien, aunque inexorablemente las dos opciones me terminen de dejar por los suelos. Escribo esto porque cuando hice click en nueva entrada y me dispuse a escribir y continuar el post anterior, me debatía entre darle el final al niño bueno o al malo. Al final decidí que lo mejor sería que la realidad se haga presente, es decir, relatarles si fue una desventura -del niño bueno- o una aventura -del niño malo. Este blog, como lo dice al lado izquierdo superior de su pantalla ;)...es una mezcla de realidad y fantasía. Esta vez, todo terminará como terminó hace ya algunos años. Pero será en otro post.